350 millones de personas en el mundo tienen ansiedad, y cada día en los diferentes eventos que asisto como conferencista me encuentro con un mayor número de personas que me expresan como sienten que la incertidumbre está afectando las diferentes áreas de sus vidas, desde el aspecto físico, mental, las relaciones y su rendimiento laboral.

Me he encontrado con líderes que me dicen «varias personas de mi equipo están agotadas, pero no se como ayudarlos a salir de allí»

La velocidad con la que se mueve el mundo actual hace que la incertidumbre pase de ser algo ocasional a una constante, activando de manera sostenida en nuestro cerebro el sistema de lucha y huida, el cual hace que nos sintamos amenazados, inquietos y con ganas de controlar todo en nuestras vidas, lo cual causa aun mayores problemas.

Estamos atravesando tiempos retadores a todo nivel y eso nos obliga a adaptarnos más rápidamente al cambio y a darnos cuenta del papel fundamental que tiene el entrenamiento mental para ser resilientes, ya no es un lujo de unos cuantos es una necesidad de todos, porque el que no logra desarrollar su capital psicológico para hacer frente a los retos, entra en desgaste emocional, altera su sistema nervioso, se agota o se deprime y esta realidad la puedes ver cada vez más frecuentemente en personas cercanas, ¿piensa si conoces a alguien que tenga ansiedad, depresión o se sienta abrumado? todos conocemos a varios que están allí atrapados en el bucle de la ansiedad sin saber cómo salir.

La ira, el estrés, la preocupación y la tristeza alcanzaron niveles récord en los últimos años, aumentando de manera constante durante 10 años consecutivos, en 140 países de todo el mundo según estudios de Gallup. Lo que nos lleva a pensar en como sentir un miedo intenso hace que la parte pensante de nuestro cerebro se apague. El pánico nos pone en modo supervivencia y nos contagiamos emocionalmente unos a otros haciendo que nos quedemos atascados en el lodo de las emociones desgastantes.

Estamos viviendo en una sociedad agotada, malhumorada y ansiosa.

Entonces qué hacer si sabemos que las emociones se contagian y una gran cantidad de personas a nuestro alrededor están viviendo emociones difíciles y entrando en la desesperanza que acompaña a la incertidumbre.

Al igual que lo vivimos en la pandemia, nuestro cerebro necesita aprender a adaptarse a un mundo cambiante a mayor velocidad, encontrando momentos de equilibrio y recuperación de manera intencionada en los cuales poder restaurar la energía y ampliar la visión para seguir avanzando.

  1. Reinicia el sistema: en momentos de angustia tu corteza prefrontal encargada de la toma de decisiones y el pensamiento estratégico se apaga, haciendo que actúes en modo supervivencia, recayendo en los viejos hábitos y siguiendo a la «manada» sin cuestionar qué es lo más adecuado para el reto del momento, aquí es fundamental incluir prácticas contemplativas que te ayuden a equilibrar el sistema nervioso, ya sea que te guste la meditación, la oración o practiques yoga, la clave está en reducir el ritmo de la respiración entrando en coherencia cardiaca (inhala y exhala contando hasta 5 mientras te aquietas física y mentalmente) esto hace que tu cerebro se tranquilice y pueda volver a activar la parte racional.
  2. Retoma el control: una vez te sientas otra vez en el presente puedes dirigir tus acciones hacia la efectividad con preguntas como ¿qué beneficios tiene seguir reproduciendo este pensamiento? ¿existe una alternativa funcional? ¿si el peor de los escenarios se hiciera realidad qué acciones podría tomar? Si estás a punto de hacer algo, pregúntate: ¿Es esta acción el mejor camino a seguir? ¿Esta acción realmente me ayudará a avanzar en este momento, o estoy haciendo esto porque se siente mejor estar haciendo algo en lugar de nada? ¿qué le recomendaría a un amigo en la misma situación?
  3. Deja de pre-ocuparte y ocúpate: revisa que acciones aportan al manejo de la situación, si necesitas revisar alternativas, lecciones aprendidas del pasado, ideas nuevas y disruptivas o salir a caminar para oxigenar tus ideas, pero no dejes que la rumiación te lleve de nuevo al bucle de la ansiedad.

Mantente en el presente es el mejor antídoto ante la incertidumbre que es el término más corporativo para el miedo al futuro, al fracaso y a lo desconocido, realizar actividades diarias que estimulen el bienestar te ayuda a mantener los pies en el suelo y la mente aquí y ahora, si quieres aprender más de estos temas recuerda que en www.mentesana.co podemos ayudarte a lograrlo.

Feliz nueva semana.

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