Silencia tu crítico interno y mejora tu rendimiento

Todos hemos vivido esa sensación de tensión que nos produce el sistema nervioso cuando el crítico interno está hiperactivo; para salir de allí es fundamental aprender a identificar la voz que nos está hablando al interior de nuestras cabezas, si es una critica constructiva o es el eterno inconforme que nos abruma con comentarios limitantes.

Hay personas que se pasan tanto tiempo criticandose a sí mismas que se vuelve natural para ellos el hablarse de manera hostil, Pero tengo que decirte algo que quizá no imaginabas, tu crítico interno solo quiere lo mejor para ti, el problema es que está programado con base en la creencias inconscientes que has repetido a lo largo de los años y que en muchas ocasiones son irracionales y limitantes.

Así que si estás pensando en cómo salir de este enredo mental, la mejor recomendación tanto de la neurociencia aplicada como de la terapia del comportamiento es hacerte amigo de esa parte de ti.

  1. Haz una pausa y observa de manera curiosa lo que te dices en momentos en los que te sientas incómodo, inseguro o te equivoques, es justo allí donde aparece en escena esa versión «intensa» de tu mente. NO lo juzgues ni entres en debates observa que hace tu mente en esos momentos, también se vale ver lo en retrospectiva y analizar situaciones pasadas donde el crítico entró en escena.
  2. No te creas todo lo que te dices, toma papel y lápiz y revisa ¿qué partes de las que te dice tu mente son ciertas y cuáles no? después emplea tu nombre para referirte al crítico y cuestiona lo que esta diciendo en lugar de pensar «no puedo hacerlo» pregúntate usando tu nombre, por ejemplo «Juan porque crees que no lo puedes hacer»»Carolina deja de criticarme y ayudame a resolver esta situación» numerosos estudios han demostrado la efectividad de tener conversaciones contigo, entre ellos  Ethan Kross, realizó una investigación en la que revisó el poder del diálogo interno utilizando el nombre de pila como una forma de desactivar la ansiedad y el estrés laboral cuando las personas reflexionan sobre su desempeño. Tomar esta distancia mental para referirte a ti mismo como si fuera una situación de otra persona te da perspectiva y te permite ver los diferentes matices en lugar enredarte en la rumiación.
  3. Activa la autocompasión: no te enganches en discusiones con la voz en tu cabeza, en lugar de esto agradecele por querer que tu mejores y di algo como “sé que estás preocupado por mí y te sientes inseguro, pero me estás causando un dolor innecesario. ¿Podrías dejar que mi yo compasivo me muestre exprese su punto de vista?”. Si, yo se eso suena bastante raro pero creeme en realidad funciona.

Ve poco a poco, entendiendo quien está tomando el mando en tu mente y aprovecha la oportunidad para sacar una lección. En lugar de juzgarte duramente reconoce lo que puedes mejorar y mejoralo.

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con cariño tu neurocoach

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