¿Cómo podemos sobrevivir con un cerebro primitivo en un mundo incierto?

Es muy confuso como habiendo tantos avances respecto a salud física, acceso a recursos e incremento de la longevidad estemos viviendo una crisis de salud mental sin precedentes. Estamos en medio de una crisis cognitiva.

A pesar de tener tanta información a nuestra disposición , de poder acceder con un click a conocimientos de las grandes mentes de la humanidad estemos presenciando como millones de personas alrededor del mundo están padeciendo dificultades mentales y emocionales: trastorno depresivo mayor, ansiedad, esquizofrenia, trastorno de estrés postraumático, burnout, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno bipolar, trastorno por déficit de atención con hiperactividad. (TDAH), adicción, deterioro cognitivo y muchos más que les generan sufrimiento y limitan su calidad de vida.

Las cifras de personas que con incapacidad médica debido a su salud mental siguen aumentando, tan rápidamente que la OMS ha alertado sobre la crisis que se avecina en pocos años si no tomamos medidas en este momento para fortalecer las estrategias de afrontamiento de las personas.

Nuestros cerebros no han logrado seguir el ritmo de los cambios sociales, económicos y ambientales del entorno. la exigencia externa sobrepasa las capacidades y allí es donde surgen los problemas, no solamente para las personas que ya tienen un diagnóstico claro sobre su condición particular, sino los estudios han descubierto que los déficits subclínicos en la atención, la regulación emocional y la memoria confieren un riesgo real. El pensamiento creativo y la preocupación empática también parecen estar disminuyendo en las personas.

Vivimos en un mundo distraído, con un cerebro que está buscando detectar todo el tiempo posibles amenazas a nuestra supervivencia y que actúa como un adicto enganchado al flujo de información, saltando de una red social, a revisar las interminables notificaciones de nuestros teléfonos inteligentes o ver el eterno correo; lo cual nos ha hecho incrementar la ansiedad, alterar nuestro sueño y reducir la capacidad atencional.

Los neurocientíficos y expertos en comportamiento humano han encontrado como este debilitamiento de nuestra capacidad atencional o reducción de la concentración, es una característica relacionada con múltiples problemas emocionales y cognitivos, desde el trastorno depresivo mayor, el trastorno de ansiedad, el insomnio crónico, el deterioro cognitivo leve.

La forma en que hemos aprendido a relacionarnos con la tecnología ha generado unos nuevos hábitos mentales, como el estar en alerta constante ante cualquier notificación, revisar obsesivamente el telefono movil en busqueda de alguna novedad o tener siempre abierto el correo por si llega algún mensaje importante, la información multidimensional desafía nuestra capacidad de regulación emocional y debilita la atención sostenida creyendo que estar ocupados es ser productivos. 

Nos sentimos incapaces de retrasar la gratificación un par de minutos, alteramos nuestro sistema de recompensa para que nos proporcione dopamina por medio de la infoxicación, el número de seguidores o los like que recibimos en las diferentes redes sociales.

Esto nos lleva a pensar en el desafío que implica desarrollar las capacidades cognitivas de las personas y no solo de quienes tienen un diagnóstico establecido, sino de todos nosotros. Necesitamos tener cerebros entrenados para hacer frente a la distracción sin caer en ella, para aprender a pensar de manera ágil sin ser presa de la impulsividad y a entender el contenido de nuestros pensamientos y el rumbo por el que nos dirigen.

Los nuevos profesionales exitosos no serán solo los que tengan estudios en grandes universidades, sino los que aprendan a estimular sus cerebros y regular sus emociones empleando un enfoque multimodal que incluya alimentación, gimnasia cerebral y actividad física; ya no podemos resignarnos a ser personas distraídas, olvidadizas o impulsivas, en este momento tenemos la oportunidad de llevar nuestro cerebro a un siguiente nivel si así lo decidimos.

La tecnología que ha jugado en nuestra contra puede ser una excelente aliada para incrementar el bienestar siempre que la sepamos administrar y combinar con prácticas respaldadas por bases científicas, que nos ayuden a incluir herramientas tanto de prevención del deterioro cognitivo como de promoción del desarrollo cerebral.

Estamos presenciando un momento clave en la historia de la humanidad y cada uno de nosotros será protagonista de la transformación del órgano más complejo del universo nuestro cerebro.

Si tu quieres ser un vanguardista que apuesta por llevar su cerebro y su mente a otro nivel, nosotros te ayudaremos a lograrlo.

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