Liderazgo resiliente: como lograr las metas a pesar de las dificultades.

¿Qué tanta fortaleza mental y emocional has cultivado a lo largo de tu carrera?, esta sería una pregunta que todos deberíamos poder contestar con facilidad, o no, tal vez los últimos años no han hecho más conscientes de la importancia de desarrollar nuestro capital psicológico (autoeficacia, esperanza, optimismo inteligente, resiliencia)para ser mejores líderes.

A menudo concebimos a las personas resilientes como seres audaces e imperturbables que no se ven afectados por el estrés, el fracaso o los contratiempos. Sin embargo, la resiliencia no es solo una cuestión de «resistir», sino más bien de adaptarse, aprender, procesar el error y avanzar con determinación. En este contexto dinámico, los líderes resilientes no solo superan los desafíos, sino que los transforman en oportunidades para fortalecerse y liderar con una valentía inquebrantable. La resiliencia, lejos de ser una cualidad estática, es un motor de crecimiento que impulsa la evolución constante tanto a nivel personal como organizacional. Enfrentemos cada giro inesperado con coraje, aprendamos de cada experiencia y guiemos a nuestros equipos hacia un futuro lleno de éxitos, construyendo así una cultura empresarial resistente y audaz.

Los líderes resilientes tienden a:

  • Toleran la ambigüedad o la incertidumbre y se adapta fácilmente a nuevas situaciones.
  • Mantienen el equilibrio emocional y la compostura bajo estrés.
  • Cuando están molestos, frustrados o inquietos, son conscientes de su capacidad para contagiar emocionalmente a los otros y gestionan tus emociones de manera efectiva.
  • Gestionan el error y los contratiempos con pensamiento estratégico, no se sientan a llorar sobre la leche derramada.
  • Evalúan las experiencias estresantes aplicando la metacognición para ampliar su perspectiva y no se detienen a sobreanalizar las situaciones.
  • Invierten en su propia salud física, psicológica y mental.
  • Comunican confianza, esperanza y optimismo inteligente en tiempos difíciles.
  • Buscan crear una red apoyo para afrontar la sobrecarga emocional.
  • No tienen temor a mostrarse vulnerables, saben que esto les hace cercanos y empáticos con sus colaboradores.

y si, estoy viendo tu cara mientras lees esto pensando «eso suena muy bonito, pero que difícil de lograr» y mi respuesta es «tienes que pagar el precio de ser un líder» y esto no quiere decir que aguantes estoicamente, sino que parte de tu trabajo es el desarrollo del capital psicológico tuyo y de tu equipo.

El primer paso para ser un líder resiliente es liderar tu propia mente

Un ejemplo sorprendente de resiliencia ha sido Nelson Mandela. ese joven rebelde que fue enviado a prisión como un joven agitador que creía en recurrir a medios violentos de resistencia cuando fallaba el sistema de justicia. Veintisiete años después, salió a defender la paz y la reconciliación. Durante su largo encierro, Mandela dominó el arte del autoliderazgo. Se inspiró mucho en el poema «Invictus», escrito por William Ernest Henley, que termina con los versos «Soy el dueño de mi destino/Soy el capitán de mi alma» y es allí donde está el reto es frecuente que se nos olvide que debemos aprender a liderarnos a nosotros mismos antes de poder liderar a otros con éxito. Antes del despegue, los auxiliares de vuelo indican que, en caso de una caída de la presión del aire en la cabina, las personas deben ponerse sus propias máscaras de oxígeno antes de ayudar a otros con las suyas. De manera similar, el autoliderazgo proporciona la columna vertebral del liderazgo eficaz de los grupos. Un líder de alto desempeño debe ser funcional física, mental y emocionalmente, además de resiliente, para poder inspirar y guiar a otros a alcanzar metas ambiciosas a largo plazo. El viaje para inspirar a otros comienza con «¿Cómo me inspiro a mí mismo?»

Cuando realizo entrenamientos con equipos de líderes es frecuente que observe detalladamente a los participantes como se ven, que tan apropiados están de sus hábitos alimentarios, mentales, emocionales, físicos. Son conscientes de que todo comunica, desde el que saca el computador o el teléfono para escribir algo mientras su compañero está exponiendo sus ideas o el que desgasta su cerebro cayendo en la multitarea en medio de una discusión de un tema importante.

El reto es contigo, ¿qué plan de acción tienes para mejorar en las dos metacompetencias que te hacen más resiliente, la inteligencia emocional y el pensamiento creativo?

Te has detenido a pensar en el nivel de resiliencia actual que tienes? porque si no es así te voy a compartir una autoevaluación y si te parece interesante el tema y quieres parte dos con las herramientas para elevar el nivel dejame tu comentario y reacción y la tendrás la próxima semana.

Autoevaluación nivel de resiliencia

Responda las siguientes preguntas con sinceridad, seleccionando la opción que mejor describa su comportamiento.

1. Cuando me enfrento a un desafío o dificultad:

a) Me desanimo y me rindo fácilmente. b) Busco soluciones y alternativas para superarlo. c) Me siento abrumado y no sé cómo actuar.

2. Ante un cambio inesperado:

a) Me resisto al cambio y me aferro a lo conocido. b) Me adapto con flexibilidad y busco nuevas oportunidades. c) Me siento confundido y desorientado.

3. Cuando cometo un error:

a) Me culpo y me castigo a mí mismo. b) Aprendo de la experiencia y me esfuerzo por mejorar. c) Me niego a aceptar mi error y busco excusas.

4. Bajo presión o estrés:

a) Me pongo ansioso y pierdo la concentración. b) Mantengo la calma y me enfoco en la tarea. c) Me siento irritable y tomo decisiones impulsivas.

5. Cuando trabajo en equipo:

a) Me aíslo y no colaboro con los demás. b) Aporto mis ideas y trabajo en conjunto para lograr el objetivo. c) Intento controlar a los demás y tomo decisiones sin consultar.

Puntuación:

  • Mayoría de respuestas a: Baja resiliencia
  • Mayoría de respuestas b: Alta resiliencia
  • Mayoría de respuestas c: Resiliencia media

Interpretación:

  • Alta resiliencia: Posees las habilidades para afrontar los desafíos y adaptarte a los cambios con flexibilidad.
  • Baja resiliencia: Te cuesta superar las dificultades y te desanimas fácilmente.
  • Resiliencia media: Tienes algunas habilidades para afrontar la adversidad, pero puedes mejorar.

Recuerda: La resiliencia es una habilidad que se puede desarrollar con el tiempo. Si tu puntuación indica una baja resiliencia, existen recursos y estrategias para ayudarte a fortalecerla.

Y si quieres llevar a cabo una formación en el tema para ti o para tu equipo contáctanos somos Mente Sana y estamos comprometidos con tu bienestar.

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