Muchas personas padecen intentando cambiar sus conductas o mejorar sus hábitos y tu no tienes porque ser uno de ellos, te voy. acompartir tres claves que nos han dejado los investigadores de Stanford para poder salir del piloto automático que termina determinando la vida que tenemos.

Es abrumador ver la frecuencia con la que las personas sobreviven por debajo del nivel de su potencial, debido a la falta de autocontrol, recuerda la última vez que te comiste todo un paquete de papas fritas sin razón aparente o que te dormiste tarde por terminar de ver un capitulo de alguna serie, los automatismos que nos ayudan en algunos aspectos nos limitan en muchos.

Para algunas personas les resulta más fácil culpar a su falta de voluntad o ver su tendencia a procrastinar como un defecto de carácter con el que nacieron, antes de tomar las riendas de su vida y pasar a la acción, pero según el neurocientífico de Stanford Andrew Huberman , el control de los impulsos no es un talento fijo. Es una habilidad que puedes entrenar con un poco de esfuerzo sostenido.

Primero que todo ¿qué quieres mejorar? y ¿para qué vamos a gastar nuestra preciosa energía física y mental en ello? activa tu vendedor interior para explicarle a tu avaro cerebro las razones que te mueven a sacarlo de su «perfecta rutina» e invertir recursos en algo diferente, como ya ves no es tu culpa el dejar las cosas para después es la madre naturaleza que te obliga.

Segundo, en lo profundo de tu cerebro hay unas estructuras llamadas ganglios basales que te movilizan por medio de los impulsos y las rutinas, es decir te hacen avanzar hacia un objetivo o te detienen en lo conocido; el problema radica en que en la medida que haces algo más vas a querer repetir la misma conducta, no porque te beneficie, sino porque tu cerebro ya creó una red neuronal entorno a ella y no va a permitir que la destruyas sin pagar el precio, él te va a incomodar para que te quedes atrapado en lo conocido, facil y familiar en lugar de avanzar hacia lo desconocido.

Cuando decides modificar una conducta, tu cuerpo libera adrenalina, lo que hace que te sientas agitado, ansioso e inquieto. La mayoría de las personas se dan por vencidas en este punto, por baja tolerancia a la incomodidad, pero si realmente quieres cambiar tu cerebro, debes persistir, enfocar tu energía y atención en las ventajas del nuevo comportamiento y seguir avanzando.

Tercero entrena tu resistencia a la incomodidad, recuerda que el autocontrol funciona similar a un músculo y por eso requiere práctica consciente. Dedica algunos momentos de tu día a resistir pequeñas tentaciones y veras como cada vez es más fácil de lograr te dejo algunos ejemplos:

  • Gira tu teléfono con la pantalla hacia abajo en las reuniones y no lo revises, esto puede parecer algo muy sencillo pero la persona promedio revisa aproximadamente 150 veces al día su teléfono, incluso sin ser consciente de que lo está haciendo. resistir esta tentación te hará más productivo, enfocado y fuerte a nivel emocional.
  • Toma una ducha de agua fría, independientemente del clima que esté haciendo afuera de tu casa, «obligate» a superar la incomodidad del agua fría y disfruta de sus muchos beneficios una vez por semana.
  • Incluye en tu vida el mindfulness: dedica unos minutos al día a contemplar tu mente mientras respiras de manera pausada y veras como al comienzo es un poco incomodo pero despues disfrutaras de grandes beneficios.

Ninguno de estos microretos es imposible, incluso tu puedes ir incrementando el nivel de actividades retadoras según tus propios límites y ver como cada vez eres más fuerte a nivel mental.

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